Cuando yo tenía 2 o 3 años de edad, me regalaron una cajita de figuras de madera, la cual se vendía bajo el nombre "Bill-Ding," una manera creativa para deletrear "Building," que quiere decir Construcción. A mí, siendo un muchachito raro, no me interesaba para nada construír con figuras. Yo les di nombres y personalidades a estas figuras, usando simplemente la imaginación para jugar hora tras hora. Escuchar discos fue mi pasión, pero también jugaba con mis personajes de madera. Les di nombres raros a veces. Algunos vinieron de historietas o paquines, o de la vida diaria, pero otros muñequitos llevaron nombres que simplemente inventé y que no existen en la realidad. Un día, cuando llegué a la edad de 10 u 11 años, mi padre escribió (con mi ayuda) los nombres absurdos de mis Bill-Dings en un papel, para conservar la memoria de aquellos juguetes de mi infancia.
             Jonathan Guyot Smith, profesor antediluviano del Colegio Darién (Darién, Connecticut, Estados Unidos)

Leave a Reply